Gran parte de los planes de entrenamiento para correr incluyen sesiones o resaltan la importancia del fortalecimiento.
De hecho, una de las medidas principales para evitar las lesiones,
según comentan varios especialistas y entrenadores, es dedicar tiempo al
fortalecimiento de los músculos y articulaciones de nuestro cuerpo. Una
buena técnica de carrera se apoya en una buena estructura física y así
se evitan, en parte, las lesiones.
Desde hace algún tiempo ya, el CrossFit
ha dado de que hablar. Desde personas que hacían comentarios excelentes
sobre los resultados de esta nueva (o en realidad, no tan nueva) forma
de entrenamiento, hasta comentarios de medios que comentaban sobre lo
peligroso que era. Opiniones tan opuestas, generaron un gran interés en
muchos runners y atletas de distintas disciplinas.
Aunque ya en los Estados Unidos, la práctica del CrossFit
es bastante popular, en algunos países de Latinoamérica el término es
poco conocido. Pocos saben que existen unos juegos llamados los CrossFit Games,
similar a muchos campeonatos profesionales deportivos que tienen
equipos por regiones, y que la marca Reebok se ha dedicado a promover
esta nueva práctica deportiva.
La metodología del CrossFit
es sencilla: “movimientos funcionales y variados, ejecutados a alta
intensidad”. Sin embargo, cuando se ve por primera vez en qué consiste,
es inevitable quedar impresionado e intimidado, y pensar “¿Tendré la
fuerza física para hacer eso?”
Como corredores,
sentimos la curiosidad de probar nuevos métodos que nos puedan ayudar a
lograr nuestras metas. Como estamos seguros que muchos corredores se
preguntan si la práctica del CrossFit podría tener algún beneficio para ellos, decidimos investigar un poco sobre ello.
Lo
primero que debemos resaltar, después de leer varios artículos al
respecto, es que hay que incorporar esta práctica dentro del plan de
entrenamiento de correr que seguimos de forma tal que el CrossFit sea el complemento del running y no al revés. La única manera de correr mejor es, efectivamente, corriendo y mejorando nuestra fuerza y forma, y es aquí donde entra en juego el CrossFit.
Como se
trata de un ejercicio realizado a alta intensidad, es importante
señalar que se debe planificar cuidadosamente cómo se va a incorporar al
CrossFit en nuestro plan de entrenamiento para poder
obtener los beneficios que plantean. Según explican algunos autores,
incorporar estas sesiones en exceso, sólo nos llevaría a desarrollar lesiones por sobre uso o a sobre-entrenarnos.
Por
ello, recomiendan iniciar con 1 sesión y llegar a máximo 2 sesiones,
para aquellos que se inician en el running o quieren mejorar sus tiempos
en distancias cortas. Mientras, para aquellos corredores que se
encuentran entrenando para 21K o 42K
lo más recomendable es que no excedan de 1 sesión, pues los planes para
esas distancias ya suelen ser bastante exigentes en cuanto al
kilometraje que deben correr.
Como complemento al running, el CrossFit puede ser beneficioso para aquellos corredores que quieren mejorar su fuerza y fitness en
general, sobre todo al principio de un plan de entrenamiento. Además,
para aquellos corredores que son propensos a desarrollar lesiones,
posiblemente por una debilidad muscular, este tipo de entrenamiento le
será de utilidad, siempre y cuando sea supervisado por un entrenador de CrossFit. Suelen comentar además, que después de incluir al CrossFit
dentro de sus entrenamientos, muchos han podido mejorar su capacidad
para correr ciertas distancias e incluso bajar sus tiempos.
Entre
lo desconocido del tema, no queda más que probar y ver qué resultados
puede tener la incorporación de esta práctica deportiva en nuestro
desempeño como corredores. Cada corredor tendrá resultados diferentes y,
como todo, para algunos será beneficioso mientras para otros no.
¿Y ustedes ya practican el CrossFit como complemento al running? ¡Cuéntennos sus experiencias!
Fuentes: Active.com/ Competitor/ Runner’s World

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